El acto de crear como caosmosis: una lectura guattariana de The Creative Act: A Way of Being de Rick Rubin
El teórico Félix Guattari
considera que el caosmosis es el procedimiento a partir del cual un individuo,
en permanente cambio progresivo, emerge del encuentro con el caos externo; en
cambio, el creador musical —no le gusta que lo llamen productor musical—, Rick
Rubin, en forma general, propone encontrar la expresión vivida, pragmática y
reflexiva en el procedimiento creativo: “Crear es dejar atrás lo que sabemos…
dejar que lo nuevo aparezca… dejar que el mundo atraviese nuestra conciencia
sin filtros”. Este planteamiento último revela tanto un debilitamiento de la
identidad fija como un procedimiento de subjetivación, en el que “el artista
deja de funcionar como fuente autónoma de sentido para convertirse en un
operador de flujos, en un lugar de paso, en el que lo externo deja su huella y
se reorganiza en una expresión singular”. Guattari, por otro lado, propone una
relación semejante porque considera que “la subjetividad deja de quedar anclada
en una identidad fija; en lugar de eso, se vuelve procedimental, de tránsito, de
encrucijada de voces, de flujos semióticos”.
Este procedimiento de caosmosis
revela que la subjetividad es el resultado de un encuentro, un acoplamiento de
heterogeneidades que posee un espacio en el umbral de lo caótico. Entonces la caosmosis,
se debe entender, como el procedimiento de actualización de nuevas formaciones
de sentido en el encuentro con el caos. Pero, ¿cómo la caosmosis se
aplica en el proceso de creación en Rick Rubin?, aquí una respuesta del mismo autor
que no puede dar luces: “Mi trabajo como productor es dejar que el artista
descubre lo que tiene en el interior, pero que aún no logra expresar”. En esta
cita, Rubin, niega el papel de autor o demiurgo para convertirse en un
catalizador y productor de un flujo heterogéneo, en el artista, y caótico,
reprimido o latente pero negado por su propio desconocimiento de su ser creador.
Este procedimiento es justo lo que Guattari denomina caosmosis: “dejar
que el sujeto sea formado en el encuentro con lo externo”. De la misma manera
Rubin enfatiza: “A veces tienes que dejar de buscar… dejar que lo que está ahí
aparezca… dejar que el silencio abra nuevas vías.” Este dejar de buscar es en
realidad dejar atrás el sujeto con una intención precisa —a aquel que controla,
que fija— para dar lugar a un procedimiento de autogeneración, en el que nuevas
formaciones de sentido surgen de lo caótico. Guattari planteará que en el procedimiento
de caosmosis algo similar: “la subjetividad se reconstituye en el
encuentro con el otro, en el cruce de flujos.” Así pues, cuando Rubin deja de
buscar y deja que el silencio hable, surgen en el artista nuevos modos de
expresar, de vivir, de sentirse en el mundo.
Otro punto importante de tratar
en este artículo es sobre la idea del artista como sujeto único y subjetivo en
confrontación con lo colectivo y lo fluido, Guattari afirma sobre el tema: “Colaborar
es dejar de necesitar tener toda la razón… dejar lugar al otro… dejar que el
colectivo cree”. Este planteamiento revela que la caosmosis también
tiene una dimensión colectiva y limita al sujeto en singular, por ello, “el
colectivo de voces, de experiencias, de vivencias, entra en el proceso de
creación, ayudando así a dar forma a algo que excede a cualquier sujeto aislado”.
En esta afirmación, el filósofo y psicoanalista francés, denomina
agenciamientos en colectivo, en los que “el sujeto deja de ser una fuente de
sentido para convertirse en una expresión de una red más amplia de relaciones” conclusión
que, tiempo después, desarrollará con la idea de narrativa rizomática.
Debo concluir haciendo énfasis
que la “caosmosis” en Rick Rubin revela que “el acto de crear es en realidad el
procedimiento de actualización de nuevas subjetividades en el encuentro con lo
externo, lo diverso, lo caótico”. Esto implica dejar atrás toda teleología de
la creación, toda búsqueda de una expresión fija o de una identidad estable,
principio que confronta la idea de estilo afianzada en el romanticismo. Por ello,
el artista descubre en el procedimiento de caosmosis la fuente de una
permanente metamorfosis, de una actualización sin fin, en la que sujeto, objeto
y entorno están en constante renegociado. Por otro lado, Rubin, propone que “crear
es dejar que el mundo te atraviese… dejar que lo que estás destinado a expresar
aparezca en el encuentro”. Este procedimiento tiene así una dimensión
ontológica, en tanto revela que el ser es un proceso en permanente
actualización, un caosmosis en acto.
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