La problemática de la literatura huachana
La
primera problemática que tiene la literatura de la ciudad de Huacho es que lo
escritores tiene poco hábito de lectura. Su descubrimiento a un nuevo universo
de conocimiento es casi nulo. Tienen tanto tiempo dándole la espalda a la
modernidad que siguen con la anquilosada lectura de Ricardo Palma y José Santos
Chocano. Esto ha dado como resultado que se crea que la construcción del canon
en la ciudad se deba direccionar por una literatura moralista, que rescate el
pasado y se mantenga una visión subjetiva como material para la escritura. Lo
desagradable de este diagnóstico es que los escritores, que mantiene esta línea
de lo que debería ser la literatura, inconscientemente han construido una brecha
injusta con la literatura emergente que está escribiendo los nuevos escritores
jóvenes. Los antiguos escritores no entienden los mecánicos de su arte poética
ni mucho menos son los indicados a fortalecer el oficio de un buen escritor que
los jóvenes desconocen. Estos jóvenes llegan a desencantarse de la literatura
que hacen y abandonan el quehacer literario. Los pocos que se quedan entienden que
la única opción de pertenecer o estar dentro del canon es asumir la tecnología de
poder que se ha mantenido por tanto tiempo en nuestra penosa literatura. He
observado que hay intentos de cambiar la situación que explico pero presiento
que con los años pasará lo mismo que las generaciones anteriores de escritores:
sus ideas envejecerán y solo quedará el entusiasmo de haber querido cambiar una
literatura huachana que en vez de acerca al lector lo hace entender que el
quehacer literario solo lo mantienen aquellos ancianos u orates que nunca
encontraron un norte en sus vidas.
No creo que esa sea la "problemática" que tiene la literatura huachana, me parece un punto de vista sesgado. Paro poder explicarlo mejor hago la comparación entre una cocinera tradicional campiñera y el sofisticado cheff del restaurant de un hotel resort. Como podemos intuir ambos tendrán el aprecio de un sector del público según lo que demandan en un determinado momento y ambos se merecen respeto mutuo y de hecho ambos aportan valor a la gastronomía local. En primer lugar, la cocinera campiñera tradicional (autor tradicional) preparará su plato con los ingredientes que tiene a la mano, probablemente usar batanes, piedras, palos y trapos como utencilios resulte antihigiénico, pero hay quienes disfutarán lo esencial de sus sabores acompañados con el ruido y perfumes de un corral. En el otro extremo estará el cheff, calificado por alguna prestigiosa institución, mezclando ingredientes importados y usando técnicas sofisticadas para mostrar un adornado platillo cosmopolita,difícil de relacional con una propuesta local, hay quienes también lo disfutaran con vista a una piscina temperada y cercas de cemento. Creo que la "problemática" si se trata de ser auténticos pasa por no despreciar lo tradicional y por despertar una propuesta auténtica que haga sentir a quien lee la obra de algún huachano, casualmente eso, que fue realizada con el "sentir" de un huachano.
ResponderEliminarComparto tu comentario pero para ser pintor hay que aprender a pintar con los colores como para ser escritor hay que aprender a escribir. Después viene lo que sustentas.
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